Con ardor y vaselina

La iglesia católica no se ayuda a sí misma. Luego de mantener por siglos el control del devenir de la historia y amoldar el curso de los sucesos a su entero beneficio estamos viendo, a últimas fechas con tanto escándalo y tanta concesión, que ese poder empieza a mermar. No es que San Pedro (la catedral) vaya venirse abajo pero entre más educada es la gente más cuestiona el hecho de tener que someterse a un culto que no promete más allá que ilusiones. Cosa que celebro.

Uno de muchos fails que empezaré a poner acá.



Adelante con los flames y mentadas de madres.